“Hasta algunas décadas el alcance general y particularmente el conocimiento popular de la vida azarosa de Manuel Belgrano se limitaba a su protagonismo en las jornadas mayas y a su participación militar en la guerra de la independencia. Pero su epopeya alcanzó muchos otros ámbitos: como economista, educador y progresista, cuyas ideas de avanzada pretendió introducir el joven abogado en el ambiente virgen de la colonia rioplatense”

El resumen del libro que Pedro Haas dedicó al perfil humano del creador de la bandera pone el foco en uno de los ámbitos de su prolífica labor que buscamos destacar en este espacio, el de la economía.  Sus mayores aportes al respecto surgen de su etapa pre revolucionaria, entre ellos el que motiva que cada 21 de septiembre, se celebre el Día del Economista en Argentina.

Desde sus primeros estudios en el Real Colegio de San Carlos de Buenos Aires a su graduación superior como abogado en las Universidades de Salamanca y Valladolid en España, va creciendo el interés de Belgrano por la economía política.  Contribuyeron a ello las lecturas de los italianos Antonio Genovesi (1713-1769) y Ferdinando Galiani (1728-1787), el francés Étienne Condillac (1714-1780) y, fundamentalmente, los fisiócratas, a quienes por entonces en Francia se los conocía como “la secta de los economistas”.

Las Máximas Generales para el Gobierno de un Reyno Agricultor (1758) de Francois Quesnay (1694-1774) fueron traducidas al español, entre otras obras del llamado creador de la fisiocracia, por Belgrano en 1794.  El 21 de septiembre de ese año, en el marco de las reformas borbónicas, fue designado secretario del Consulado de Buenos Aires, motivación del homenaje de la fecha que evocamos y que no es la única vinculada a sus acciones pioneras de aquellos años…

Alfredo Blanco resalta a la memoria anual que Belgrano realizó en esa institución del reino de España, que tenía competencia en materia de pleitos comerciales y de fomento de las actividades económicas, como “una fuente fundamental para comprender su visión sobre cuestiones económicas”. Menciona que allí “se aprecian las ideas económicas de nuestro prócer, que no se limitan a una mirada fisiocrática o de los liberales ingleses sino que, influenciado también por mercantilistas tardíos españoles y por la realidad pre-capitalista del virreinato del Río de la Plata, presentan un carácter más ecléctico, un carácter más compatible con esa realidad económica” sostiene el autor.

En esa rica suma de influencias que recibió Belgrano, Marcelo Garrote López incluye además “al pensamiento ilustrado español del último tercio del siglo XVIII (Jovellanos, Campomanes, de Salas y Cortés) y ya hacia fines de siglo, la influencia fundamental del filósofo escocés Adam Smith (1723-1790), a través de su imperecedera obra, la Riqueza de las Naciones”.

La veta fisiócrata de Belgrano se advierte en que, para él, la agricultura era “el verdadero destino del hombre y toda prosperidad que no está fundada en la agricultura es precaria; toda riqueza que no tiene su origen en el suelo es incierta”. Así, impulsó la enseñanza de técnicas de cultivo, la entrega de herramientas y crédito para los agricultores y, fundamentalmente, de que la tierra sea para quien la trabaje.

“Es muy sabido que no ha habido quien piense en la felicidad del género humano que no haya traído a consideración la importancia de que todo hombre sea un propietario para que se valga a sí mismo y a la sociedad… por lo que se ha declamado tan altamente a fin de que las propiedades no recaigan en pocas manos” destaca de la pluma de Belgrano, Claudio Panella.

Con relación a la libertad de comercio, cita que Belgrano la entendía como esencial para el progreso, aunque por entonces aquí imperaba el monopolio que obligaba a comerciar solo con España y no de manera directa con otros países extranjeros. “No se impida el comercio exterior de los frutos porque según es la extracción así es la reproducción y el aumento de la agricultura” argumentaba.  “Que se dé entera libertad al comercio pues la policía del comercio interior y exterior más segura, exacta y provechosa a la Nación y al Estado consiste en la plena libertad de concurrencia” decía también.

En los albores de Mayo de 1810, Belgrano creó el Correo de Comercio, “que contribuyó al despertar revolucionario” según Manuel Fernández López.  El periódico, el último de la colonia, fue dirigido por él y por Vieytes en un curioso “doble comando” según el autor.  “Vieytes era smithiano y por tanto librecambista, posición que no cambió; Belgrano había aprendido economía con las Lezioni de Genovesi, la consolidó traduciendo a los fisiócratas, y después de Mayo adhirió a un mercantilismo moderado” destaca, antes de citar, del propio periódico, un ejemplo claro de las posturas encontradas en la dirección del Correo.

El 25 de agosto de 1810 aparecen, al mismo tiempo, “un artículo como «Economía política» (25 de agosto de 1810), basado sobre una de las Cartas de Foronda, y presuntamente escrito por Vieytes; y a continuación otro sobre «El comercio exterior más ventajoso» (1º de setiembre de 1810) basado sobre Genovesi, fuertemente proteccionista, casi seguramente salido de la pluma de un Belgrano ya entregado a construir una nueva y soberana nación” marca el autor.

Agrega que, aun en plena faena post revolucionaria, Belgrano, no abandonó su pasión por la economía.  Destaca que desde el primero de septiembre de 1810 al último ejemplar del 6 de abril de 1811, el Correo de Comercio incluyó un capítulo del curso de Economía política publicado bajo el nombre de «Comercio». Detalla que también incluyó temas del comercio, concurrencia, agricultura, manufacturas, navegación, seguros, cambio, circulación del dinero, crédito, crédito general, crédito público y bancos.

«Lo esencial de Belgrano en materia de ideas económicas surge de la complementación del contenido de las memorias, particularmente las tres primeras y algunos artículos publicados en el Correo de Comercio» aportan los licenciados Roberto Varo y Luis Coria.  

A su regreso de España, Belgrano también había sido uno de los impulsores de la actividad aseguradora en el Virreinato en el campo del comercio marítimo y terrestre. Aunque no pudo lograrlo y la primera compañía del rubro fue creada por un comerciante español en 1796, desde la Primera Junta, con el aval de Chiclana, Sarratea y Paso, propone la creación de una empresa de seguros marítimos. Fue el 21 de octubre de 1812, razón por la cual en esa fecha se conmemora en nuestro país el Día del Seguro.  

Bibliografía

Haas, Pedro: Belgrano, su perfil humano a través de su acción desde el Consulado, Posadas, Segunda Edición, Ediciones Montoya 1988, Biblioteca Rivadavia, Bahía Blanca. 

Blanco, Alfredo:  Manuel Belgrano, el economista de nuestra independencia. Suplemento Debates, La Mañana de Córdoba. https://www.eco.unc.edu.ar/files/Biblioteca/mbxblanco.pdf

Panella, Claudio:  Manuel Belgrano, ideas económicas para la Revolución. https://perio.unlp.edu.ar/2020/06/03/manuel-belgrano-ideas-economicas-para-la-revolucion/ Periodista, Universidad Nacional de La Plata, 03/06/2020  

Fernández López, Manuel: Revistas argentinas de economía, de tiempos de la colonia a internet. Historia del Pensamiento Económico (Economía y economistas argentinos), Buenos Aires, Ed. Fondo Editorial Consejo, 2007

Garrote López, Marcelo   Manuel Belgrano, 3 de junio de 1770-3 de junio de 2020.  Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, Universidad Nacional de Mar del Plata https://eco.mdp.edu.ar/belgrano

Roberto Varo y Luis Coria:  Conceptos económicos en los escritos de Manuel Belgrano. Profesor titular y profesor adjunto, Historia Económica I, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Córdoba https://www.eco.unc.edu.ar/files/comunicacion/archivos/Biblioteca/conceconmb.pdf

Del autor del artículo:  Ricardo Gabriel Bermúdez es periodista y licenciado en Economía por la Universidad Nacional del Sur. Actualmente se desempeña como columnista de economía, finanzas y ambiente en el matutino diario Agenda Pública de AM 1240 Radio UNS. También tiene a su cargo la cátedra Periodismo Gráfico Uno de la carrera de Técnico Superior en Periodismo, del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social en Bahía Blanca. Desde 1997 y hasta 2023 se desempeñó en Bahía Blanca como corresponsal del diario Clarín, en cuya redacción central de Capital Federal reportó también como periodista en la sección Información General, entre abril de 2012 y junio de 2013. En la ciudad, además ha cumplido tareas de reportero-editor en Canal 9 de televisión donde fue jefe de redacción entre 2002 y 2007 y anteriormente, entre 1996 y 1999 en Canal 7.