Sobre el premio 2019 del Sveriges Riskbank (Banco de Suecia) en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel

Este año el premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en memoria de Alfred Nobel, conocido comúnmente como «el Nobel de Economía» fue otorgado a Abjit Banerjee (de origen Indio, 58 años, profesor del MIT), Esther Duflo (de origen francés, 46 años, profesora del MIT) y Michael Kremer (de origen norteamericano, 54 años, profesor de la Universidad de Harvard), por su enfoque experimental para el diseño y evaluación de políticas de reducción de la pobreza global. Duflo es la persona más joven y la segunda mujer en la historia en recibir este premio.

Cada año, los economistas esperamos con ansias el anuncio de este premio. Para quienes investigamos e intentamos por ese medio contribuir a la reducción de la pobreza, el otorgamiento de este premio a Banerjee, Duflo y Kremer ha sido una noticia emocionante. Se trata de tres personas que han provocado una especie de revolución en la forma de abordar el problema de cómo reducir la pobreza global, algo que ellos mismos llaman un «movimiento».[i]

Lo primero a remarcar es el objetivo de su investigación. Este premio realza una vez más la esencialidad de este objetivo, reforzando el Primer Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) acordado por las Naciones Unidas en 2015 (sucesor del Primer Objetivo de Desarrollo del Milenio ODM[ii]). Nos recuerda que la humanidad no puede darse por contenta hasta tanto logremos que nadie en el mundo soporte formas de vida indignas, con privaciones tan agudas como la desnutrición, la mortalidad prevenible, vivienda inadecuada, falta de acceso a agua potable, saneamiento mejorado, energías limpias, y educación. El camino todavía es largo, pues 1300 millones de personas en el mundo viven aún con varias de esas privaciones a la vez.[iii] Y para lograrlo se necesitan políticas. Pero, ¿cuáles políticas? Muchos creemos tener muy buenas ideas de políticas para erradicar la pobreza, ¡especialmente porque tenemos buenas intenciones! Pero, parafraseando a Santiago Levy, las buenas intenciones no alcanzan.[iv] Para saber si las ideas que tenemos son realmente buenas… Banerjee, Duflo y Kremer dicen: ¡hay que ponerlas a prueba!

Y allí está lo segundo, que es lo revolucionario de su método: el diseño de experimentos aleatorios controlados para testear si la política diseñada sirve. El método es el que se utiliza habitualmente en otras ciencias, típicamente en medicina, por ejemplo, para testear la efectividad de una nueva droga para curar una determinada enfermedad. Lo novedoso es su implementación en el ámbito de la Economía en una escala en la que no se había hecho antes. Se trata de crear, a partir de una población dada, dos grupos aleatorios, que sean iguales (en promedio) en todas las características relevantes. A uno de esos grupos se le aplica el «tratamiento», es decir, en un grupo se implementa la política dada, y en el otro no (se llama el «grupo control»). La aleatoriedad en el armado de los dos grupos es lo que permite atribuir las diferencias en el resultado a la política que se ha implementado. En otras palabras, el experimento permite inferir causalidad. Si el grupo que recibió el tratamiento mejoró los resultados en comparación con el grupo control (el que no recibió el tratamiento), la política es efectiva. [v]

Con esta metodología se busca informar de manera rigurosa, a partir de evidencia, el diseño de la política pública para la reducción de la pobreza. Banerjee y Duflo consideran que las grandes preguntas del tipo: ¿es la ayuda extranjera directa efectiva para reducir la pobreza? son inconducentes, sencillamente porque la evidencia empírica para responderlas es ambigua, es decir, siempre puede interpretarse en un sentido o en el contrario. En cambio, las «pequeñas preguntas» tales como ¿cómo lograr que las mamás en situación de pobreza completen el calendario de vacunación?, ¿cómo lograr que los niños en Kenya duerman bajo un mosquitero para no contagiarse de malaria?, ¿qué es más efectivo para que los niños realmente aprendan en la escuela?, admiten el diseño de una política que busque modificar esos comportamientos, la implementación de manera aleatoria y la posibilidad de evaluar su efectividad.

La convicción de Duflo respecto de la utilidad de esta metodología los llevo a crear el J-PAL (Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab) en 2003: una red de investigación global para reducir la pobreza que hoy cuenta con 181 profesores afiliados trabajando en universidades de todo el mundo, implementando evaluaciones de impacto por medio de experimentos aleatorios controlados de políticas de reducción de la pobreza.[vi] Sólo en América Latina, hay al momento más de 150 experimentos realizados o llevándose adelante por investigadores de esta red en 18 países.[vii] Con estos experimentos han encontrado, por ejemplo, que pequeños incentivos (tales como un plato de comida caliente) son efectivos para que las madres completen el calendario de vacunación (experimento en India), o que implementando un sistema de tutorías (aún con tutores que no eran maestros) en las escuelas primarias de la India, se logra mejorar las capacidades lecto-escritoras de los niños en los primeros años de la primaria, o que informando en la escuela a las adolescentes de Kenya que los riesgos de contagio del SIDA son mayores si tienen relaciones con hombres de mayor edad que con jóvenes de su edad, reduce significativamente el embarazo adolescente.

Comprometidos con la realización de estos experimentos, Banerjee, Duflo, Kremer y quienes los acompañan llevan acumulada una larga trayectoria de trabajo de campo: salen de su oficina, viajan y permanecen en los lugares más pobres de los países más pobres, como aquellos de África Sub-Sahariana y del sur de Asia. Dedican tiempo a conversar con las personas afectadas por la pobreza y así pensar en el diseño de intervenciones de política para solucionar los problemas que enfrentan. Estas vivencias y este conocimiento de la pobreza en primera persona lo han plasmado notablemente en su libro Repensar la Pobreza, libro que hago leer a mis alumnos en la última parte de la materia Política Económica, pues creo que ayuda a entender la complejidad del problema.

Esta metodología, sin embargo, no está libre de críticas. Economistas muy destacados en el tema de pobreza, entre ellos, Angus Deaton (galardonado con el Nobel de Economía en 2015), Jean Dreze, y Martin Ravallion, quienes también tienen vasta experiencia de campo, han señalado las limitaciones de los experimentos aleatorios controlados. [viii],[ix],[x] Las criticas incluyen que la aleatoriedad puede no eliminar toda las fuentes de diferencias entre los dos grupos, que el que una política haya demostrado ser efectiva en -digamos- Kenya, no garantiza que vaya a ser efectiva en Brasil,[xi] que frecuentemente, en la práctica, los experimentos son imperfectos, y que existen otras metodologías, no-experimentales, que nos ofrece la econometría que también pueden ofrecer evidencia rigurosa. Se arguye además que puede ser antiético no ofrecer «el tratamiento» a todos los grupos con el mero propósito de testear la efectividad. Sin embargo, todos los experimentos del J-PAL pasan un comité de ética, y cada experimento testea una política en pequeña escala, la cual, si resulta efectiva, gana fundamento para ser implementada de manera generalizada (al igual que lo que ocurre cuando se verifica la eficacia de un medicamento). Finalmente, también se los ha criticado por «conformarse» con responder pequeñas preguntas en vez de las grandes preguntas.

Ciertamente el método experimental tiene sus limitaciones, pero algo para resaltar es que «los randomistas» han levantado la vara de la evidencia científica ideal para recomendar una política. Aun cuando no siempre pueda satisfacerse, marca el estándar de referencia. Y, por otra parte, la pregunta de cómo asignar los recursos de manera más efectiva no es una pregunta pequeña. Es una gran pregunta, porque redunda en la posibilidad de salvar más vidas del hambre, la muerte prevenible, y la ignorancia.

Desde este pequeño lugar en el mundo y en la ciencia, celebramos este Nobeln

 

[i] Se refieren al «movimiento» en la conferencia de prensa dada el 14 de Octubre en MIT, tras darse a conocer el premio. https://www.youtube.com/watch?v=YBGrYxWbyhg

[ii] https://www.undp.org/content/undp/es/home/sustainable-development-goals.html

[iii] OPHI (2019) Global Multidimensional Poverty Index 2019: Illuminating Inequalities. University of Oxford.  https://ophi.org.uk/wp-content/uploads/G-MPI_Report_2019_PDF.pdf

[iv] Levy, S. (2010), Buenas Intenciones, malos resultados. Política Social, Informalidad y Crecimiento Económico en México (2010). Levy ideó el primer programa de transferencias condicionadas en el mundo, implementado en México en los ´90 (Progresa), inicialmente de manera experimental. Los programas de transferencias condicionadas fueron luego replicados, con variantes, en toda América Latina.

[v] Para quien desee escuchar la explicación del método, recomiendo ver TED Talk de Esther Duflo, del año 2010: https://www.ted.com/talks/esther_duflo_social_experiments_to_fight_poverty?language=es

[vi] https://www.povertyactionlab.org/about-j-pal

[vii] https://www.povertyactionlab.org/es/lac

[viii] Deaton, A. y Cartwright, N. (2018), «Understanding and misunderstanding randomized control trials». Social Science and Medicine 2010: 2-21.  Una síntesis de la crítica de Deaton puede verse en https://www.youtube.com/watch?v=UB1A62u9fBE

[ix] Dreze, J. (2018), «Evidence, policy and politics: A commentary on Deaton and Cartwright». Social Science and Medicine  210: 45-47.

[x] Ravallion, M. (2012), “Fighting Poverty One Experiment at a Time: A Review of Abhijit Banerjee and Esther’s Duflo´s Poor Economics: A Radical Rethinking of the Way to Fight Global Poverty”. Journal of Economic Literature 50:1, 103-114.

[xi] Vale aclarar sin embargo que normalmente no se hace un único experimento para recomendar una política, sino varios, en diferentes contextos.

 

 

Sobre el premio 2019 del Sveriges Riskbank

Acerca de María Emma Santos 4 Artículos
Profesora Adjunta Política Económica. Investigadora Adjunta del CONICET. Departamento de Economía, Universidad Nacional del Sur. Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur. Investigadora Asociada al Oxford Poverty and Human Development Initiative, Universidad de Oxford, Reino Unido.