
El documento de trabajo N°34 «Privaciones multidimensionales: El origen de la pobreza y la exclusión social. Un estudio para Argentina» del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS) UNS – CONICET, tiene como objetivo medir las privaciones multidimensionales en Argentina antes y después de la implementación del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, analizando cómo estas privaciones se distribuyen entre diferentes grupos de la población, en función del género y la región.
La pobreza y la exclusión social son problemáticas multidimensionales que afectan gravemente a las sociedades latinoamericanas, caracterizadas por altos niveles de desigualdad y vulnerabilidad estructural. En Argentina, estos fenómenos se han visto profundizados por la crisis sanitaria del COVID-19, que desató una recesión económica acompañada de incrementos en la pobreza y el desempleo.
Los primeros abordajes sobre el concepto de pobreza se hacen desde una perspectiva unidimensional: un individuo en condición de pobreza es aquel cuyo ingreso es inferior al necesario para adquirir determinados bienes y servicios considerados como básicos. El enfoque de capacidades brindó el marco teórico para superar las limitaciones de la visión centrada en los ingresos, concibiendo a la pobreza desde un enfoque multidimensional que permite capturar de manera más exhaustiva las carencias que afectan a los individuos.
Por su parte, el concepto de exclusión social no tiene una definición única ni límites claros respecto a qué convierte a una persona en excluida. Estivill (2003, p. 19-20) describe a la exclusión social como “una acumulación de procesos confluyentes con rupturas sucesivas que, arrancando del corazón de la economía, la política y la sociedad, van alejando e inferiorizando» a personas, grupos, comunidades y territorios con respecto a los centros de poder, los recursos y los valores dominantes”. El tratamiento que confieren al concepto distintos autores (Estivill, op. cit.; Gallie et al., 2003) conlleva a que el mismo se operacionalice como un fenómeno caracterizado por la acumulación de desventajas (Saraví, 2020), lo que implica la existencia de procesos acumulativos de privaciones en distintas dimensiones.
El concepto de exclusión social y el de pobreza tienen en común que se remiten a la presencia de carencias en diversas dimensiones como causa del proceso excluyente. Sin embargo, se diferencian en el carácter dinámico del fenómeno de exclusión: mientras que la pobreza se concibe como un estado, la exclusión se relaciona a un proceso. Además, la pobreza multidimensional considera dimensiones materiales, mientras que el fenómeno de la exclusión incluye a su vez esferas relacionadas a la vida social y la salud, entre otras. La ampliación de las dimensiones consideradas, permite abordar al fenómeno de la exclusión desde una perspectiva que relaciona los factores que originan a las privaciones.
Conocer el grado de pobreza y de exclusión social de una economía es clave para la formulación de políticas, más aún en contextos de crisis como la ocurrida en el marco de la pandemia por COVID-19.
Para poder mensurar las privaciones multidimensionales en Argentina, antes y después del aislamiento, se utiliza el Índice de Privaciones Multidimensionales propuesto por Ibáñez Martín (2018), que combina diversas dimensiones como el acceso a la educación, la salud, las condiciones laborales, habitacionales y ambientales.
La metodología empleada se basa en los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), recopilados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), y se analizan dos períodos clave: 2019, antes de la pandemia, y 2021, en el contexto postpandemia, para evaluar si hubo cambios en las privaciones experimentadas por la población a partir de las medidas sanitarias implementadas.
El documento de trabajo concluye que, del análisis del indicador de fallas de funcionamiento, las dimensiones laboral y económica son las que lideran el proceso de privación en Argentina para los años 2019, 2020 y 2021. Por otra parte, en las fallas de funcionamiento más severas, las mujeres y las regiones del NOA y Pampeana son los grupos sociales más afectados por carencias en distintas dimensiones.
Al considerar el aspecto no económico, es decir, el sentimiento de alienación, se obtiene el indicador individual de privaciones. Este también expone la desventaja del sexo femenino, el cual tiene mayor participación relativa en los niveles más severos de privación.
Un resultado a destacar es que se vieron incrementadas las privaciones individuales en severidad, pero no en cantidad. Si bien en el año 2021 se evidencia una disminución en los valores del indicador de las privaciones individuales para los niveles más agudos de privación, estos no volvieron a los valores prepandemia.
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