
«La movilidad saliente en la Universidad Nacional del Sur: nuevos desafíos para la internacionalización pospandemia» es un estudio publicado en la Revista Humanismo y Sociedad que tiene por objetivo realizar un análisis exploratorio y descriptivo de la experiencia de movilidad saliente para los estudiantes de la Universidad Nacional del Sur, durante 2020 y 2021.
Durante 2020, la inesperada necesidad de cancelar las actividades presenciales por cuestiones de salubridad, afectó el carácter inmersivo de la experiencia de movilidad de los estudiantes. Una opción fue regresar anticipadamente a sus direcciones permanentes, y la otra fue aislarse domiciliariamente en el destino seleccionado, ambas opciones con sus desafíos y gastos imprevistos. Para alcanzar el objetivo propuesto e indagar sobre los desafíos y las expectativas de la experiencia vivida, las autoras utilizaron una metodología cualitativa y aplicaron la técnica de estudio de caso. Los datos se obtienen a partir de encuestas realizadas a estudiantes que participaron en programas de intercambio de la UNS durante 2020 y 2021, así como entrevistas a esos mismos alumnos.
Los resultados encontrados fueron los siguientes:
En cuanto al financiamiento y apoyo de los programas de intercambio, se señala que la financiación que reciben estos programas no cubre la totalidad de los gastos necesarios, por lo que es necesaria otra fuente de ingresos. En cuanto a ayuda no económica, el 70% de los encuestados afirmó haber recibido apoyo por parte de la universidad de origen, especialmente en trámites académicos, apoyo logístico, ayuda con trámites consulares y asistencia durante el proceso de selección.
Durante su estancia y considerando el impacto de la pandemia, los estudiantes identificaron como principales desafíos la conectividad y los problemas vinculados al financiamiento. En un segundo plano, destacaron las dificultades relacionadas con el alojamiento y el nivel académico. Por último, mencionaron las barreras lingüísticas.
El 43% de los estudiantes expresaron que la movilidad cumplió con sus expectativas (entre un 80-100%) y un 31% indicó que sus expectativas fueron satisfechas entre un 40-80%. Solo el 25% indicó que la vivencia no cumplió con sus expectativas, los principales argumentos fueron que la experiencia no era la esperada o que no incorporaron conocimientos nuevos.
Algunos estudiantes también comentaron que no lograron establecer vínculos ni contar con espacios de interacción con sus compañeros y/o docentes. Esto se debió, en parte, a la interrupción de la presencialidad causada por la pandemia o a que las actividades ofrecidas por la universidad de destino resultaron insuficientes, poco motivadoras o poco atractivas. Curiosamente, nadie mencionó extrañar a la familia como una razón para sus bajas expectativas. En cambio, señalaron como principal motivo la falta de tiempo suficiente para generar lazos cercanos e integrarse plenamente en la cultura de destino junto a sus pares.
En cuanto a la modalidad de la estancia, cerca de la mitad de los estudiantes debieron continuar sus estudios de manera virtual. Los mismos destacaron diferencias marcadas entre la movilidad presencial y la virtual, señalando la mayor intensidad y riqueza de la experiencia presencial. Asimismo, identificaron diversas dificultades en las clases virtuales, como la limitada preparación de los docentes para manejar las herramientas tecnológicas.
En síntesis, los resultados indican que la movilidad virtual puede proporcionar beneficios comparables a los de la movilidad presencial, tanto en el ámbito personal como en el académico. Sin embargo, también plantea desafíos particulares, especialmente relacionados con la conectividad y la calidad de la experiencia educativa. Estos hallazgos destacan el potencial de la movilidad virtual como una estrategia viable para promover la inclusión y mitigar las limitaciones financieras en el futuro, aunque será fundamental superar los obstáculos específicos asociados a esta modalidad.
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